viernes, 24 de agosto de 2007

Leyendas del Castillo de Gordón

MITOS Y LEYENDAS DEL CASTILLO DE GORDON

EL monarca astur leonés Alfonso II el Casto (759-842) no fiaba la independencia de las Asturias de Oviedo al aislamiento de sus montañas, ya que teniendo por vecino al territorio leonés había que situar en él unas avanzadas de vanguardia para caso de invasión agarena o apoyos de retirada a las expediciones "in foris montis".

Por tal motivo se edificaron castillos por toda la falda de la montaña leonesa, que más adelante van a ser reedificados y ampliados por Alfonso III el Magno (834-912).

En los Barrios de Gordón, se levanta el promontorio que sostiene aún los paredones de una de estas fortalezas. En tiempos de Alfonso IX (1171-1230) fue desmochado. Quedan los restos de sus muros de mampostería simple con mortero de cal y esquinas redondeadas, llegando su espesor a los dos metros y medio. Por su entorno las laderas son de violenta pendiente. Su edificación supone un rectángulo el el que se cuentan ciento ochenta pasos de largo y cincuenta y seis de ancho.

Había dos torres de avanzada del castillo para vigilar los accesos a las colladas, una para la vigilancia de incursiones por la collada de Aralla y la otra para la de Santas Martas.

En la peña viva aún están los escalones que bajaban a la sima de la leyenda de amores, que sería probablemente el pozo del que se surtía de agua la fortaleza.

Aseguran espeleólogos del grupo G.E.M. que esta sima del castillo se comunica con la cueva de la Cardosa, cueva donde suspira la molinera encantada y se oye la tarabica del molino interior donde hay un pavo de oro con sus polluelos.

Hoy corona el cerro acastillado una gran cruz a instancias de un misionero agustino hijo del pueblo y debajo de la cruz hay una capilla mariana.

LEYENDA DEL CASTILLO DE GORDON

Alfonso III el Magno, tan afortunado en su reinado no lo va a ser en su vida familiar. Se casó con una Navarra, Doña Jimena y ya dice el refrán "quien fuera de su tierra va o va a casar o va engañado o va a engañar". Doña Jimena alentó a sus hijos a tramar una conjura de rebelión contra el monarca hasta conseguir su abdicación. Los hijos se repartieron el trono:
Ordoño se quedó con Galicia, Fruela se tituló rey de Asturias y García se nombró rey de León. No obstante no se atrevieron a usar el nombre de reyes hasta la muerte de Don Alfonso. Ordoño II va a ser luego el auténtico primer rey de León.

Se cuenta que Alfonso el Magno tenía en este castillo de Gordón una bella odalisca para alegrarle las horas, que había traído de sus correrías por tierras moras. La conjura familiar tramada en el castillo de Arbolio de Nocedo de Curueño, llevó a Doña Jimena a arrojar a la odalisca por la sima del castillo de Gordón.

El rey se fue a llorar la pérdida del reino y de la guapa odalisca al convento de San Salvador de Valdediós, aunque murió en el palacio de Zamora. La odalisca, dice la leyenda, sigue aún suspirando de amores en la sima de Gordón, esperando al valiente mozo gordonés que la icé con una torcida de lino y la requiebre de amores.

Todos los años por los Sanjuanes sale una perla del collar de la odalisca por la fuente de la Rebanquilla al lado de la carretera, fuente que se cree derivada de la sima del castillo. Ya no está la fuente a la vista, la han cercado con un paralelepípedo de hormigón y la pasaron al otro lado de la carretera para llevar su agua a La Pola.

LA CUEVA DE LA CARDOSA EN LOS BARRIOS DE GORDON

El mito de los Hornos del Griego, responde a un sistema de explotación aurífera que era obligar a la madre Tierra a parir el oro antes de que estuviera maduro fundiendo en los hornos los sulfuros. Pero esta forma de obligar a parir el oro podía incomodar a la madre Tierra y para aplacar su ira por obligarla a expulsar el metal anticipadamente, se echaba en el caldo de la fundición gallinas y pavos, como sacrificios expiatorios por la irreverencia cometida.

De ahí brotan las leyendas de las cuevas donde hay un tesoro en forma de gallina o pavo con sus polluelos de oro; leyendas que comparten varios pueblos de León, Los Barrios de Gordón entre otros.

En la vuelta de la carretera, muy cerca ya de Los Barrios, subiendo unos metros entre las encinas hay una cueva que denominan La Cardosa. Dicen que dentro hay un molino encantado siempre dando vueltas el rodezno y encantada su molinera por un pecado de amores.

En las noches de invierno, cuando los mozos va a cazar raposos se oye la tarabica del molino y suspirar de amores a su molinera. La cueva tiene su boca muy pequeña pero bajando por ella se llega a una plataforma donde caben ya varia personas. La leyenda se enriquece con el legendario tesoro de un pavo de oro macizo con sus polluelos. Esta cueva se comunica con la sima del Castillo de Gordón, que probablemente abastecía de agua a la fortaleza


Fuente: Mitos y leyendas del Diario de León

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